La banda vuelve con una alineación nunca antes vista.
JUAN DE LA SERNA
Si alguien se atreviera a decir que Dave Grohl o Lemmy de Motorhead son gente muy trabajadora en la escena del rock, quizá nunca ha escuchado hablar de King Buzzo, líder de la legendaria y para muchos desconocida banda Melvins; una de las mayores influencias para movimientos como el grunge, y para géneros como el sludge y el stoner rock, gracias a una gran cantidad de discos y lanzamientos de manera consecutiva desde 1987 a la fecha.
En su vigésimo cuarto disco de estudio, King Buzzo y Dale Crover unen fuerzas con Paul Leary y JD Pinkus de la banda Butthole Surfers para crear un LP lleno de melodías poderosas, atestadas de elementos de ambas bandas como riffs, de guitarra, poderosas baterías y el característico humor negro que les ha caracterizado por años.
Impredecible y con momentos que van desde el obvio sludge hasta el rockabilly, pasando por baladas con vocoder y algunos otros elementos de la música electrónica, la nunca antes vista alineación de Melvins prueba que a pesar de dominar su género están incorporando otros elementos para hacer canciones (unas más afortunadas que otras), que desafían sus propios estereotipos.
Cuando una banda descubre la fórmula para hacer algo que les funciona muy bien, es extraño que se arriesguen a hacer otras cosas. ¿Por qué habrían de hacerlo, si ya venden discos y llenan shows haciendo lo mismo? Por suerte, no todas las bandas están comprometidas con nadie más que con ellas mismas. El mismo Buzzo lanzó este año un álbum solista en un formato acústico, que dista que todas las herramientas que dan forma a su clásico e inigualable sonido de guitarra. ¿Por qué? Porque se encontraba en una zona de confort, y estar solo en un escenario con una guitarra acústica implica un mayor reto que tocar con Melvins.
“Bride of Crankenstein”, la primera canción y aparentemente el único sencillo de este disco, tendrá una edición de 10” en vinilo editada por la disquera Amphetamine Reptile. Melvins siempre se ha preocupado por editar sus lanzamientos en vinilo y por mantener a los coleccionistas siempre emocionados y en búsqueda de más material.
Aunque el disco está cargado más hacia el sonido de Melvins, hacerlo con Butthole Surfers da una nueva perspectiva de la banda, que también podría gustar a los escuchas de esta última. Al tener ya un mercado muy definido y sin necesidad de llegar a más gente, Melvins es una banda que disco tras disco se compromete a hacer cosas diferentes, o al menos intentarlo.
Seguramente Hold it in no será el disco más memorable, pero sí es interesante para todos los que conocemos la importancia (poco reconocida en general) de la banda y su influencia en la música actual. Como es una constante, los que merecen más crédito no lo tienen, porque las nuevas generaciones aprenden la fórmula y la explotan con más éxito.
Escuchar la discografía de Melvins al igual que la de Butthole Surfers, es importante para entender el presente de algunos grupos cuyas ideas parecerían muy innovadoras o desafiantes en diferentes géneros. Como dijera un integrante de la banda Sleep en una entrevista: The very first time we saw the Melvins, I realized that a band can completely clear o a room or completely change somebody’s life”.
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