ESTEBAN CISNEROS
Hay historias tan nobles e injustas que parecen mentira. La de Sixto Rodriguez (n. Detroit, 1942) es una de ellas: Una de las mentes más brillantes de la música a finales de los sesenta, grabó con Dennis Coffey y los Funk Brothers para luego perderse. Sus dos discos, Cold Fact (1970) y Coming from Reality (1971) vendieron tal vez una decena de copias. Y no se supo más de él.
Al menos de este lado del mundo. Porque en Sudáfrica fue grande. Mucho más que Elvis y los Stones. Su música fue, por supuesto, la más profunda inspiración para un país oprimido y de nulas libertades. Toda revolución necesita un himno y la cruzada antiapartheid fue musicalizada por Rodriguez. Y él, ni enterado: Trabajaba en su natal Detroit en labores de construcción y trataba de criar a sus hijas en la humildad y el esfuerzo.
Mientras la vida seguía su curso, un grupo de obsesos se dio a la tarea de investigar qué había sido de él. Los rumores eran que había muerto (se decía, incluso, que se había suicidado en escena), pero el universo conspiró para que, después de casi treinta años, se hiciera justicia: Viajó a Sudáfrica en 1998 para dar una serie de conciertos y se le recibió como merecía; sus discos comenzaron a reditarse ya en este siglo y hemos podido redescubrir a un artista honesto, conmovedor y verdaderamente poético, político y profundo. Dylan, a su lado, está perdido.
Y ahora, Rodriguez llega al cine. El documental Searching for Sugarman (2011) de Malik Bendjelloul fue presentado al público mexicano el pasado 22 de julio dentro del Guanajuato International Film Festival (GIFF) 2012. El Teatro Juárez de la capital del estado, un sitio emblemático por donde se le vea, se llenó. Pocos conocían algo de él antes de que comenzara la proyección. Les envidio, porque la sorpresa por su historia y su música fue de esas que cambian vidas.
El público salió conmovido, lloroso, ansioso. Ojalá sea una buena señal y nuestra pequeña gran revolución cultural comience a esparcirse. Aquí, contrario a esa incomprensible y pusilánime actitud de “proteger las cosas del mainstream” o tonterías del estilo, nos toca difundir estas canciones. Deben ser de todos. Puede que el mundo mejore un poco.
* Sixto Rodríguez, descendiente de mexicanos, estaba programado para dar un recital en el GIFF, pero canceló su participación por problemas de salud. Esperemos que mejore. Sus discos, reeditados por Light in the Attic, están agotados por el momento, pero una nueva edición en CD y vinilo estará disponible a partir de agosto, así como un soundtrack de la película. Pre-órdenes, acá: http://www.lightintheattic.net
El tráiler del documental: