ALEJANDRA HERRERA
Una banda sonora en la que coexisten diversos géneros musicales para lograr la connotación de lo que es gozar del poder y sus placeres secundarios.
Blues, jazz, rock, funk y ritmos latinos; todos seleccionados para crear en el escucha ese vínculo con las escenas del filme. Y aunque algunos tracks sean de una época anterior a la que se recrea en la película, estos nunca dejarán de acompañar coherentemente aquellas circunstancias en las que el poder, la ambición y el placer son la constante.
Esta banda sonora tiene la ventaja de poseer valiosos temas clásicos que gozan de ritmos cambiantes, lo que la convierte en algo muy disfrutable y también adecuado para la pista de baile.
El saxofón de Cannonball Adderley en la introducción a este álbum ya vaticina una avalancha de energía auditiva, al grado de tener en la pista número tres una extraordinaria pieza de Joe Cuba: “Bang! Bang!”
Los hallazgos musicales en esta banda sonora sorprenden, y es que después de escuchar temas retro, también nos topamos con tracks como “Double Dutch” de Malcolm McLaren (sí, el mismo que alguna vez fue manager de Sex Pistols).
Y es que toda esa pluralidad musical está ahí para enfatizar que Nueva York es un símbolo en el que suceden situaciones sorprendentes, interminables y nunca de manera pasiva.
Escucha un sampler de las canciones aquí o el disco completo acá:
Tracks destacados: “Bang! Bang!”, “C’est Si Bon (It’s So Good)”, “Goldfinger”, “Pretty Thing”, “Double Dutch” y “Never Say Never”.
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