ARTURO URIZA • “Es obvio que este disco será de lo mejor del 2013. Recuérdenlo para cuando llegue el momento de ese conteo”.
Desde el año pasado, FIDLAR dejó bien claro que el juego era ser una banda potente, rápida y bastante visceral. El primer track que les dio exposición fue “Wake Bake Skate”, una máxima clara y que, como otras cuantas, aparece en este debut a pesar de que ya había sido incluida en un primer EP.
Las catorce canciones (un número excesivo para un disco de punk) incluidas aquí, no tienen desperdicio, y dejan dudas de por qué no se incluyeron otros cuantos temas que no han sido lanzados en material oficial, como “I Just Wanna Die” o “The Punks Are Finally Taking Acid”, claro que habríamos aguantado un disco de una veintena de potenciales himnos generacionales.
Aún así la selección de canciones es increíble y permite el juego sonoro; el despliegue lírico abarca cosas como “Whore”, una despechada y rápida declaración de odio a la fémina que rompe corazones; “Cheap Beer”, que es una carta de amor a la bebida alcohólica más rica del mundo, y “5 to 9”, que es una de esas canciones esperanzadoras, inmediatas, adolescentes y punkies hasta los huesos.
Cada canción del disco tiene méritos independientes, y no es por jugar al adivinador, pero es obvio que este disco será de lo mejor del 2013. Recuérdenlo para cuando llegue el momento de ese conteo.
Aquí una probada del disco: