ALEJANDRA HERRERA
No es casualidad que el nombre Clint Mansell aparezca constantemente en las bandas sonoras de las películas. Esto se debe a la experiencia del compositor en la creación de soundtracks.
El expertise de Mansell es tal, que sus creaciones son tan versátiles como las historias que musicaliza.
Una de sus más recientes participaciones en este ámbito fue para este filme, en donde persiste el drama, la comedia y el suspenso, y es por esa razón que se escuchan tracks eufóricos, melancólicos y que generalmente provocan un sentimiento de incertidumbre.
A quien le agrade la elegante y oscura combinación del sonido de un piano —como instrumento principal— con el de las cuerdas, se sentirá satisfecho; aunque podría sorprenderse cuando escuche una batería, guitarras eléctricas (y uno que otro loop) en piezas de aparente índole clásico.
Y es justo en esos momentos en que conviven los sonidos clásicos con los contemporáneos, cuando los tracks de Filth adquieren su tono más dramático.
Destacan: “Love Is Cruel”, “My Name Is Frank Sidebottom” y “Smokey Bacon & A Kiss Goodnight”.
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