Texto y fotos: @ViolettaRabe
Somos un público recurrente en festivales, en ediciones pasadas ya habíamos vivido la experiencia de #UnMundoDistinto, pero este año decidimos viajar hasta Bogotá para cubrir minuto a minuto los tres días del Festival Estéreo Picnic.
Y es que 10 años no se cumplen todos los días, por esta razón, para celebrar su primera década de existencia el #FEP se trasladó hasta el Campo de Golf Briceño 18, un espacio mucho más amplio y adecuado para llevar a cabo todas las actividades tradicionales de un festival, pero en definitiva un lugar muchísimo más retirado de la civilización. Así que siendo el 05 de abril de 2019 comenzó nuestra aventura hacia ese sueño llamado Estéreo Picnic.
Nos estábamos alojando en Teusaquillo, cerca al Parque Nacional, desde el cuál podíamos abordar uno de los buses con destino al Festival; el verdadero problema es que eran las 2:50 de la tarde, el recorrido en bus duraba casi 2 horas porque estábamos bastante lejos del Briceño 18 y queríamos alcanzar a ver a Usted Señálemelo, así que sin pensarlo tomamos un Picap (algo así como la versión en motocicleta de Uber) y nos fuimos rumbo al FEP.
Esquivamos los típicos trancones capitalinos, salimos del casco urbano y pensamos que todo saldría perfecto, hasta que faltando 10 minutos para llegar al Festival comenzó a llover, qué digo llover, a diluviar, pero saben algo, nunca antes disfrutamos tanto la lluvia, porque a las 3:55 entramos en un mundo distinto y el sonido de “Aguetas” nos guió directo al escenario donde el trío mendocino la estaba rompiendo. Baterías marcadas, riffs de guitarras impecables, melodías que para nosotros ya eran bastante familiares y un estilo que cada vez se posiciona más en Latinoamérica nos dejó claro que el indie rock renació con agrupaciones como esta. Juan, Gabi y Lucca la tenían clara sobre el escenario y cuando pensamos que no podría ser mucho mejor este arranque de Festival se subió Tweety Gonzalez en los teclados, para acompañarlos en uno de los temas.
La respuesta del público era alucinante, el sonido perfectamente ecualizado y la lluvia no paró en toda la tarde, tras 45 minutos de música Usted Señálemelo se despidió, no sin antes agradecer por tan maravillosa acogida en su primer show en Colombia. Fue realmente satisfactorio ver que a pesar del implacable clima la gente decidió llegar temprano y disfrutar de propuestas que hasta ahora se están posicionando.
Del sur viajamos al centro del continente y la dulzura se apoderó del escenario. Una melodía conocida salía del teclado y Ximena Sariñana con su melodiosa voz dio inicio a uno de los conciertos más coreados del primer día, “Mediocre” fue el tema elegido para iniciar su show y en crescendo, tanto el sonido como el escenario, se comenzó a llenar de instrumentos, ya para el segundo coro de la canción era toda una potente banda en la tarima estremeciendo a cada uno de los asistentes. La mexicana se encuentra promocionando su más reciente trabajo discográfico, pero esa no fue excusa para que no recorriera cada uno de los éxitos de sus otros álbumes. Un espectáculo adorable y contundente con un mensaje impregnado de feminismo sano en la justa medida.
La lluvia cesó y pudimos desplazarnos al escenario TIGO, el más grande y por ende más retirado de todo el festival, mientras empezaba el show de Alcolirykos tuvimos la oportunidad de hablar con los chicos de Usted Señálemelo y tras guardar mi fan interior logró salir una entrevista corta pero encantadora que podrán encontrar en LaPopLife muy pronto.
Llegó el momento de los ninjaz de Aranjuéz, el hip hop tomó el control y Gambeta, Castró y Fazeta comenzaron a disparar rimas y beats desde la tarima. Hits como “Tararea”, “Normal” y “La Típica” se han convertido en himnos de esta generación y como es debido fueron cantados por los asistentes. La música de estos paisas trae impreso un mensaje de crítica argumentada, para un país que está pasando por un conflicto donde las víctimas las pone el pueblo. Me atrevo a decir que fue una de las presentaciones más emotivas y poderosas de esta versión, con la que varios pudimos hacer catarsis.
Entre escenario y escenario habían 15 minutos de distancia aproximadamente, por ende, los desplazamientos se realizaban si eran estrictamente necesarios. Hasta el momento todo estaba bajo control, los dos artistas que seguían en nuestra lista tocaban en el TIGO, así que nos pusimos cómodos para esperar a Interpol.
El reloj marcó las 20:00 y la música que ambientaba la espera desapareció, los gritos de los fans llenaron el silencio y como un tsunami la voz de Paul Banks y el riff de guitarra de “C’mere” se llevaron todo a su paso. La euforia era colectiva y se incrementó cuando un sonido familiar se desprendía de los amplificadores, era el turno de “If You Really Love Nothig” y así, temazo tras temazó transcurrió una hora que nos regaló un concierto perfecto; demasiado increíble vivir un directo que suena como si estuviera en estudio.
Pero aún no habíamos experimentado la verdadera felicidad festivalera. Porque 45 minutos después, en medio de la oscuridad una antorcha se prendió para dar inició al más alucinante show jamás visto. “Jumpsuit” con la intro de “Heavydirtysoul” marcaron el inicio de una relación amorosa entre Twenty One Pilots y el público colombiano.
No les puedo explicar lo que sentí, el corazón comenzó a palpitar rapidito y parecía que se iba a salir de mi pecho, me convertí en un ser con la capacidad de rapear todo lo que se pusiera frente a mí y el amor por Tyler Joseph y Josh Dun se incrementó en cantidades alarmantes. De repente en la tarima principal no había un par de músicos, sino mucho más que eso, un show performático que nos liberó de DEMA y nos abrió las puertas de TRENCH a través de “Heathens”, “Holding On To You”, “Ride” y “Car Radio”.
Ni les cuento lo que fue el FEP cuando soltaron “Stressed Out” porque no me lo creerían, lo único que les diré es que este par se consolidaron como una de las mejores bandas en vivo y en estudio. El show se cerró con “Trees” del RaB como era de esperarse y nos recordó que los Pilots son buenos desde sus inicios.
Seguía Years and Years pero yo estaba tan extasiada que necesitaba un momento conmigo para decirme “Calma amiga mía, sé que fuimos muy felices, pero nos faltan dos días de festival aún, estoy muy orgullosa de ti, de que te emociones con la música en vivo y la sientas con el alma”, así que me dediqué a caminar hasta el otro lado del campo para buscar algo de comer mientras se llegaba la hora de Kendrick Lamar.
La oferta gastronómica del sitio era realmente variada, desde opciones veganas hasta platos absurdamente carnívoros, en un canon de precios típico de festival costoso. Ese día nos fuimos por la fácil, “hamburguesa y papas para llevar por favor” y con mi bolsita de papel caminé de regreso a Mordor, como fue apodado el escenario principal por los asistentes debido a su retirada posición.
Ya con el estómago lleno y el nivel de endorfinas controlado estaba lista para vivir junto a mis amigos un espectáculo poderoso; porque dato curioso, festival sin un parche de amigos no es festival. Les voy a ser sincera yo no soy fan de Kendrick, nunca he sido muy cercana al rap norteamericano (lo dice la que se rapeó de principio a fin el show de los Pilots) pero tenía altas expectativas con este artista, aparte todo mi círculo social no paró de repetirme semanas antes lo increíble que era este hombre en vivo. Conformé transcurría cada uno los minutos de su presentación el flow comenzaba a apoderarse de la audiencia y como si fuéramos automóviles con grandes amortiguadores comenzamos a bailar al estilo rap del imaginario colectivo, hora y quince después todos éramos niggas con swag atrapados en un loop de beats fiesteros.
Decidimos rematar con Hopkins, productor británico que, al ritmo de melodías creadas con sus sintetizadores, logra despojar a la música electrónica de la tradicional frialdad, a través de ligeras y experimentales texturas sonoras y le brinda al público una experiencia sensorial que se pasea entre lo agobiante y lo encantador. De modo que a eso de las 2:45 am y con el bajo resonando fuerte en el interior decidimos que era momento de volver a casa y recargar energía para las dos jornadas que aún nos quedaban por delante.
Así vivimos el primer día del Festival Estéreo Picnic, los otros dos días los podrán encontrar próximamente en otra crónica experiencial, aquí, en nuestro portal web.