MOISÉS GARCÍA M.
Después de siete años de espera Jamiroquai vuelve al ruedo con su octavo disco de estudio y la nueva apuesta de su pandilla para llenar las pistas de baile de este milenio con el sonido acid jazz/funk que tanto les caracterizó, pero en esta ocasión con un toque futurista permeado de electrónica y guiños al house.
Hace unas semanas, las primeras noticias de un nuevo álbum del combo británico llegaban a través de un videoclip distópico que inevitablemente enarco cejas y generó una serie de comentarios donde el dúo francés de los cascos cromados hizo presencia.
Los riffs de guitarra funky dan paso a los sintetizadores e insinuaciones robóticas en el videoclip que lleva el título del nuevo álbum, y donde podemos ver a un Jay Kay humanoide portando un nuevo sombrero (con leds, movimiento y toda la cosa) mientras localiza vestigios de su pasado en un mundo post-apocalíptico y un par de drones le sobrevuelan.
¿Un guiño descarado a los recuerdos de acceso aleatorio? Prefiero pensar en un tributo a “Virtual Insanity” con Jay y su alter ego bastante actualizados. Nuevo sombrero, nuevo sonido. Y es que, al fin y al cabo, han pasado dos décadas desde que atravesaba muros y bailaba en pisos móviles.
A pesar del preview tan radical al avanzar por los doce temas que integran este disco, descubrimos una saludable conversación entre el espíritu funk, el mejor acid jazz, la pasión de Jay por el sonido disco más refinado y una vena electrónica con la que el grupo ya había flirteado previamente. Una agrupación completamente engrasada y con dos décadas de experiencia que escarba en su propia mitología y la refresca.
La voz de Jason Kay aún es brillante y llena de vida, así como sus composiciones, donde da rinda suelta a sus inquietudes acerca de la inestabilidad del mundo y las decepciones tecnológicas; sin dejar de lado esa saludable fascinación del nativo de Stretford por las mujeres sofisticadas, las pistas de baile y las maravillosas posibilidades de la vida.
Un admirable retorno a los estantes, el regreso del Space Cowboy que habíamos estado esperando.