EMILIO REVOLVER
FOTOS: FÉLIX CANALES
El territorio que está entre el punk y el pop tiene varios nombres: new wave, garage, post punk, art rock, synth. Pero en México se le llama SIZE.
“SIZE es mi banda mexicana favorita. Primero leí de ellos en Sonido, donde Walter Schmidt escribía dejando de lado lo que estaba en la radio. Gracias a él conocí a Pere Ubu, Residents, Classix Nouveaux (…) En 1992 o 1993, conseguí el “cd morado” y todo cambió”, nos cuenta Ali Gua Gua.
El mencionado “cd morado” es a la postre el único long play de la banda; una colección de canciones que quedaron enlatadas durante casi una década. Para hablar de SIZE es justo hablar en décadas, y de una noción singular de la temporalidad, donde el pasado es el futuro todo el tiempo.
Ali sigue contándonos, visiblemente emocionada, en la barra de la Pulquería de los Insurgentes, donde hizo ya un speech para presentar un tributo que se enlató a su vez 10 años. “Tiene mucho de dónde agarrarse: es punk, es synth pop, new wave, rock. Si no llega por una canción, llega por otra; lograron música que siempre está de moda”.
En el tributo esto es igualmente nítido: las interpretaciones se mueven entre el pop lo-fi, el hardcore y el electroclash, sin ningún miedo a convivir entre sí. Nos deja claro que SIZE es como uno de los lagartos con los que se acompañaba el vocalista Illy Bleeding en su casa de la colonia Del Valle y que, a mayor o menor luz, cambiaban de tonalidad.
La historia de la banda y sus escuchas es inconexa e interrumpida. Con un solo disco y con unos cuantos años en activo, son contemporáneos de al menos cuatro generaciones de músicos mexicanos.
Podríamos decir que los setenta en México empiezan con Avándaro, pero sin duda terminan con el shock de los primeros conciertos de SIZE en el sur de la ciudad. En los ochenta son el contrapunto underground y embrión del llamado “Rock en tu Idioma”. En los noventa, por primera vez salida al público su música, son reapropiados por una nueva generación, que ve en ellos a los mentores, y que entiende a través de ellos cómo se deben hacer las cosas. Es la generación de Ali. No obstante, en ninguna de estas generaciones, la banda es abrazada por el gran público.
Todas y ninguna parecen ser la época de SIZE, demasiado a la vanguardia para las masas, demasiado pop para los siguientes avant-garde.
Así que en cada nueva generación parece estar la pregunta: ¿por fin llegó la época en la que pensó SIZE? El acoplado SIZE is Everything quisiera aventurar que sí. “Todavía le falta mucho reconocimiento. Ojalá los puedan descubrir”, termina Ali, a modo de sincera invitación a escuchar este acoplado enfundado en un empaque que incluye CD y fanzine, y que nos recuerda que el CD no pasará a la historia por su sonido, pero sí por su booklet.
SIZE da una nueva visión a la tradición del rock en México. Ellos concibieron su trabajo no desde el “atraso” y la pretendida alteridad del tercer mundo, sino desde lo universal o lo común.
Pensaron la vanguardia como un círculo cuyo centro está en todos lados y su circunferencia en ninguno. Todas y ninguna son sus épocas, todas y ninguna su gente. Ellos no se piensan como músicos mexicanos, sino sólo como músicos, y ésa es una idea tan elemental como brillante, y que podría reconstruir toda la forma en la que se hace y se piensa la música en México.
¿Habrá llegado la hora de SIZE? Al menos, por fin, la de SIZE is Everything.
Nota de la Redacción: El disco SIZE is Everything no se puede escuchar en línea, pues de acuerdo con Ali Gua Gua: “es una experiencia análoga todo el paquete”.