MARIO NICOLÁS BOLAÑOS
Ayer hablamos del regreso de los míticos A.R. Kane, ahora bajo la batuta de Rudy Tambala, la mitad fundadora de este proyecto, con quien platicamos ampliamente de su concepción de la música, del estilo acuñado por ellos como “dream pop”, y de sus planes en esta nueva etapa, incluyendo los festivales de verano en que se presentarán. Y claro, salieron por ahí nombres como Alison Shaw, Ivo Watts y This Mortal Coil. Ponte cómodo y disfruta.
Han pasado 30 años desde su primer EP (When You’re Sad) y 22 desde su último LP (New Clear Child). ¿Qué te motivo a reformar A.R. Kane después de tanto tiempo?
Yo mantenía vivo a Kane a través de la internet: en los chats, foros, comunicaciones de correo electrónico con los aficionados y continuando con los medios sociales –primero Myspace, consecutivamente Facebook y Twitter. En 2013 el sello One Little Indian me pidió curar una colección de canciones de Kane para un álbum doble que fue una experiencia extraña, pero volvió a encender algo en mí… una apreciación de lo que Alex y yo logramos, una nueva perspectiva sobre nuestra música –la contribución y el legado. El álbum estuvo bien, los críticos le dieron buenas críticas, y crearon una nueva audiencia para nosotros, chicos que nacieron incluso después de nuestra separación.
También descubrí que en este momento nuestra etiqueta “dream pop” se había convertido en un género en sí mismo. Hubo algo de ánimo, pero todo era muy retrospectivo. Nunca se me ocurrió que sería diferente hasta 2015, cuando uno de los chicos que dirige el festival Supernormal me pidió encabezar como A.R.Kane. Era muy persuasivo y me dio mucho apoyo y aliento. Se sentía como el momento adecuado. También ayudó que ahora mis hijos son mayores; supongo que estoy un poco más libre para ser un niño otra vez. También he echado de menos tocar en vivo.
Sé que Alex no vuelve a formar parte de la nueva alineación de A. R. Kane. ¿Grabarás nueva música o sólo reuniste a la banda para tocar en vivo?
Sí, Alex se negó. Yo estaba un poco triste por eso, pero esa es su elección y él sabe que la puerta está siempre abierta si cambia de opinión. En la formación actual Maggie (mi hermana, que cantó en gran parte del material Kane) toma la batuta en la mayoría de las voces, y Andy Taylor –un joven amigo de mi hija, está tocando las guitarras y teclados. El set up es algo apretado, se siente bien, ahí va. He escrito nuevas canciones pero, ¿serán canciones de A.R. Kane? No sé todavía. Quiero tocarlas en vivo junto con el viejo repertorio y ver si se adecuan a Kane antes de decidir.
En mayo será su primer show del año en el Soup Kitchen, de Manchester. ¿Crees que esta vez la gente finalmente esté preparada para A. R. Kane? ¿Cuáles son tus expectativas?
Cuando empezamos vaciábamos salas en pocos minutos. Nadie esperaba gente negra tocando indie, noise o como se llame, y casi nadie espera ninguna banda inmersa en una habitación, con una nube de feedback, dub bass y Dios sabe qué. Pero los periodistas lo consiguieron; escribieron sobre nosotros y construyeron una pequeña base de fans de locos clavados. Las cosas son muy diferentes hoy –la mayoría de la música es una cruza de géneros, cultura y razas, y mucha tiene elementos dream pop. “El ruido como arte” es una cosa estándar ahora, y todo el mundo conoce el shoegaze… Bandas que surgieron a finales de los ochenta o principios de los noventas están de gira encabezando carteles de grandes espectáculos.
Nosotros mismos estamos enfocados en crear el sonido correcto, un nuevo sonido, nuestro propio sonido. Se basa en el pasado, sí, pero tiene elementos nuevos, más contemporáneos. Musicalmente, no creo que mi naturaleza haya cambiado en absoluto. Me dejo llevar por los viejos patrones de gustos y disgustos –ciertos tipos de acordes y cambios, surcos chill, bajos profundos… ¡y no hay riffs de mierda! Me sigue elevando la experiencia de tocar. No creo que vayamos a vaciar las salas más, al menos no en el buen sentido.
¿Cómo te has sentido ensayando con los nuevos miembros? ¿Están emocionados?
En cada ensayo las canciones las tocamos de manera diferente. Hemos comprado nuevo equipo – guitarras, teclados, pedales de efectos. Tratamos de ser sinceros con las canciones, con nosotros mismos, y poco a poco las canciones más antiguas se están adaptando a nosotros. Ayer fue muy excitante –tuvimos unos buenos giros de los palomazos y lo mejor de todo es cuando estás bloqueado y sacamos la canción, simplemente flota de nosotros; es como cuando estás tocando pero al mismo tiempo observando a distancia… Todo esto… sólo sucede. Maggie y Andy están impacientes y quieren que las cosas se mueven más rápido, pero estoy tomando mi tiempo; hay un largo camino por recorrer. No hay prisa.
¿Tienes preferencia por tocar las canciones de un disco en particular?
En realidad no. Hemos creado una gran lista de canciones y hemos descartado muchas por no ser adecuadas para esta alineación. Nos gusta para construir un conjunto basado en una mezcla de lo que yo llamaría “dream pop” y subgéneros, por lo que habrá cosas que son más house, trip-hop, algunas que son psicodelia-folk, unas que son shoegaze y un poco de ambient y space. Un poco de noise de forma libre. Esa es la forma en que trabajamos siempre , dentro y fuera de álbum. Tratamos de representar la variedad de estilos que Kane desarrolló.
Pronto tocarán en el Primavera Sound, que es uno de los festivales más importantes de Europa, y después en el On Blackheath, de Londres. ¿Cómo ocurrió todo?
Sí, hemos entrado en varios espectáculos del verano que se anunciarán pronto. Esos festivales se pusieron en contacto conmigo para solicitar que participáramos. Simple como eso: ayer se pusieron en contacto desde Nueva York y hoy estamos discutiendo fechas y todo tipo de cosas. No tenemos un sello o algo gestionando, por lo que sólo nos queda esperar que se nos pida participar.
Cuando escucho a A.R. Kane todos sus elementos me hacen pensar en una versión acida de This Mortal Coil. Y me sorprende no encontrar créditos de ustedes en los álbumes de TMC. ¿Alguna vez Ivo Watts o 4AD los invitó a participar en ese colectivo?
Compré algo de TMC debido a “Song to the Siren” y descubrí a muchos otros artistas como Cindy Talk, Dead Can Dance, etcétera. Fue algo ilustrativo y creo que ayudó a dar forma a mi acercamiento a la música, y a lo que un disco puede ser como una experiencia –un viaje a través de una serie de paisajes musicales, en lugar de un solo estilo homogéneo. Ivo nunca nos invitó a participar en TMC y nunca nos habló después de salir de 4AD. En esa semi autobiografía sobre Ivo / 4AD (Facing the Other Way) indicó que no le gustamos. TMC fue como una cruza-fertilización y nuestro proyecto M | A | R | R | S fue el más exitoso de los experimentos de Ivo, cambiando la música popular para siempre. Casi destruyendo su sello a través de egos y de la avaricia, añadida a su enorme riqueza, y por eso nunca nos perdonó… (risas)
¿Extrañas aquellos días de sus primeros shows?
No echo de menos el pasado, excepto tal vez después de demasiados Gin Martinis. No se pueden volver a crear esos espectáculos increíbles, a menudo caóticos, y a veces espantosos. Fue el impacto de lo nuevo, y fue tanto una sorpresa para nosotros, como para el público.
¿Cómo se dio el proyecto llamado Inrain que realizaron tú y Alison Shaw (Cranes)?
Creo que Geoff Travis, de Rough Trade, nos presentó. Nos llevamos bien inmediatamente. Ella llegó y acordamos ir a mi estudio, al este de Londres, donde jugamos con ideas e hicimos grabaciones. Todo fue muy natural. Tengo el mayor respeto por Alison, quien es un músico excelente –guitarra, teclados, arreglos, letras– y tiene una voz única. Ella merece tener un gran éxito como músico por derecho propio, pero quizá se ha frenado por su modestia y timidez. Grabamos varios nuevos demos juntos un par de años atrás, pero no pudimos encontrar una manera de lanzarlos en ese momento. Si hay algún sello interesado…
Al escuchar discos como 69 o I pienso que actualmente nada suena tan nuevo. ¿Estás familiarizado con lo que ocurre hoy en la industria musical?
En cuanto a la industria, el internet ha alterado todo en gran medida y los sellos han tenido que reinventarse a sí mismos. He trabajado con Virgin, Ministry of Sound y Digital Store, consultando como estratega en digital directa al consumidor, comercio electrónico, redes sociales, etcétera. Vi de primera mano el pánico total. Los grandes cambios creo que son la democratización de la producción, distribución y venta al por menor en el dominio digital. Esto tiene muchos efectos, pero el costo cercano a cero de la producción y distribución de música ha dado lugar a un desplazamiento del poder de las grandes corporaciones, desde tiendas minoristas y medios de comunicación. Esta es una bondad. Como resultado, nunca ha habido tanta música creada y fácilmente disponible. En cuanto a los nuevos sonidos… Temo decir que yo también he oído poco que sea realmente nuevo.
Veo el empuje del desarrollo, por ejemplo, con mi hijo Luis que produce “trap groves” y a veces es algo tan abstracto –al menos para mis oídos– que apenas puedo seguir el ritmo. Y sin embargo, con un par de escuchas comienzo a entender lo que está haciendo, donde la música me lleva… el paisaje, el viaje. No es dream pop, pero voy a trabajar con él para absorber parte de ese sonido en dream pop, al igual que el jazz, indie y dub antes de eso. Tuvimos mucha suerte al hacer 69 y I, en lo que se nos dio la libertad para explorar, experimentar y control artístico total. Tuvimos la actitud correcta y un talento en bruto. El lugar correcto en el momento correcto y la química correcta. Era una pequeña ventana de oportunidad, y al mismo tiempo abierta, estábamos siendo prolíficos. Sabemos que hemos tenido suerte… Fue una cosa rara y estamos muy agradecidos por la ayuda que hemos recibido en aquel entonces. Geoff Travis y su equipo en Rough Trade nos nutrieron, defendieron nuestros esfuerzos y sabían cómo hacer que esto sucediera. No creo que Geoff pusiera el dinero en primer lugar, quería “honest pop”, y se le dio en forma de “dream pop”.
Ustedes fueron la primera banda que utilizó el término “dream pop” para describir su música…
Esto es ciertamente subjetivo, pero para mí la única cosa que distingue el dream pop de otras es que se trata de “pop” –las canciones son canciones pop, no “el arte por el arte”, no “morir por tu arte” y todos esos cojones de egocentrismo. Se trata de encontrar el equilibrio entre lo figurativo y lo abstracto, la melodía estándar, el ritmo, la paleta sonora, lírica, y sus formas deconstruidas. Vas demasiado lejos hacia la izquierda o la derecha, y el sueño se ha ido, o el pop se rompe. “Sulliday” empuja a un límite y “A Love from Outer Space” a otro. El dream pop de A.R. Kane ha explorado diversos estilos y formas, y no creo que poseamos el término ahora.
Mientras escribo, estoy escuchando “And It’s You”, del nuevo EP de The Veldt, The Shocking Fuzz of Your Electric Fur. Tuve el honor de ser invitado a producir esa canción el año pasado, y mi hijo Luis, también músico, creó ese sencillo ritmo de hip-hop para mí. Esto para mí es excelente dream pop; una epopeya, una canción que me envía algo conmovedor. Las voces de Daniel y la melodía pegadiza, el deep bass de Hayato Nakao, y esas capas de guitarra de Danny, que es uno de los masters sound del “dream pop”, el mood sample de película, todo está allí. Transportando.
* Mañana: Una lista de diez canciones “dream pop”, elegidas por Rudy Tambala.
[…] Si te perdiste la entrevista que le hizo Mario Nicolás Bolaños a Rudy Tambala puedes leerla completa aquí. […]