ARTURO URIZA
Iggy Pop avanza en otra dirección con Post Pop Depression, un álbum que requiere conocer sus trabajos anteriores y los del productor, Josh Homme.
La carrera de Iggy Pop es sinuosa y por momentos inconstante, pero siempre interesante. Es bien sabido cómo este extraño ente, salido de las alcantarillas de Detroit, forjó su pantanoso camino a base de puñetazos, caídas y retorcidas maniobras, las cuales con el tiempo no sólo le otorgaron una reputación de indestructible, sino también una credibilidad musical que le ha hecho una leyenda.
¿Quién no quisiera trabajar con Iggy? Bowie lo hizo y gracias a eso tenemos un Iggy aún vivo (se dice que lo alejó de la heroína) y dos de los mejores discos de los setenta, The Idiot y Lust For Life. Menciono ambos álbumes no sólo por lo maravillosos que son, sino también por la liga existente con este nuevo trabajo: Post Pop Depression.
Fue el mismo Iggy Pop quien comentó que este nuevo material tiene una liga directa con los discos que David Bowie produjo para la Iguana en el 77. Hay que tener en cuenta que si bien, el duque blanco tuvo mucha influencia en el sonido de los álbumes antes mencionados, Iggy tiene mucho tiempo sin colaborar con músicos externos a ese nivel, lo cual tiene como resultado un trabajo en donde se pueden delimitar los papeles de cada quien.
Josh Homme, por su parte, ha desarrollado un estilo sonoro bastante reconocible, que se filtra por las grietas de cada una de las canciones de Post Pop Depression, principalmente por las afiladas guitarras y los tradicionales y poderosos coros que han sido un recurso recurrente en la discografía de QOSTA.
Así que por un lado hay una clara influencia del sonido de Homme pegado a la profunda y cavernosa voz de Iggy, pero también se pueden “trackear” cosas muy clásicas y sonidos que podrían parecer ajenos al universo de ambos personajes, como el guiño, tal vez involuntario al sonido de la guitarra de Ace Frehley, y una que otra canción con muchísimo groove (“Sunday” es el gran ejemplo).
Sin embargo, sí hay un requisito en este disco: tienes que ser creyente y seguidor de Iggy Pop, porque es un disco que avanzó en otra dirección pero que sí requiere conocer más que un par de canciones de The Stooges o ser fan de Queens Of The Stone Age, con todo y que la producción de Homme lo acerque tanto al sonido de los desérticos californianos. Yo por mi parte puedo decir que creo en Iggy y en Josh y que quedé plenamente satisfecho con este material.
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