DAVID MELÉNDEZ
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Puede aseverarse que la música de All We Are gira en torno a triángulos y encuentros. De entrada, son un trío de Liverpool y su nombre contiene tres palabras. Y dentro de esta sencillez, generan un pop alternativo bastante pulido y fino. Vaya, su música parece que flota y prácticamente mima al oído para pedirle el acceso sin mayores trabas.
A principios de 2015 lanzaron su disco debut homónimo, tras un atmósferico EP titulado We Hunt, donde delimitaron la zona de ataque con respecto a su sonido, que no es otra cosa que un art-funk rock extremadamente suave, con el beat matizado más no marcado.
Al poner play a canciones como “Feel safe” o “Keep me alive”, a la mente vienen nombres como Rhye o Morcheeba, porque amalgaman esencias casi atmosféricas con la cadencia del pop crepuscular. Luis Santos (guitarra), Guro Gikling (bajo) y Rich O’Flynn (batería) tejen con gallardía sonidos casi arrancados de la madrugada, cuando muchos procesos incluso naturales funcionan en ralentí.
Y justamente su música es así: una película proyectada en cámara lenta con muchos chispazos rock en guitarras, mismas que poseen la distorsión justa, entre paisajes indie y veredas post rock. Y lo mejor, es que mientras escuchamos sus melodías, se percibe esa sensación como de chilled out, tal como si el ambiente comenzara a derretirse sin prisas ni quebrantos.
Aunque no se han colado al espectro “comercial” del mercado ni tampoco han despuntado en las listas de popularidad, All We Are gozan de un fanatismo extremo por parte de sus seguidores, que en sus directos corean todas sus canciones de cabo a rabo.
Pónganle tímpano a este trío británico, porque seguramente comenzarán a despuntar hacia las grande ligas de la música.