NICOLÁS GONZALEZ
Hoy nos vamos a La Plata para hablar de “dos hermanos que se juntaron a hacer música canoeira” como indica su página de bandcamp.
Ellos son Ale y Charly Antúnez, oriundos de la provincia de Misiones, en la mesopotamia argentina, pero instalados hace un tiempo en la ciudad de las diagonales, intuyo que por motivos universitarios.
Su disco debut tiene apenas meses, y me ha cautivado de entrada ya que propone un viaje hacia la música autóctona argentina pero abordada desde un lugar tecnológico. Pero lo particular de Canoa creo que podría ser que el abordaje tecnológico no está ligado con la electrónica, sino, como lo hacen Sidi Rum o Chancha Vía Circuito, desde el rock electrónico.
Canoa – Canoa (Independiente, 2015)
Otra cosa que se me hizo curiosa al escucharlos es un curioso punto de encuentro con Onda Vaga, pero no un encuentro en el que ambos grupos van en la misma dirección, sino todo lo contrario, pues mientras estos últimos salen de la ciudad hacia “el campo”, y de vacaciones en Cabo Polonio deciden reinterpretar música regional desde una perspectiva netamente porteña, en el caso de Canoa, ellos no vienen de la ciudad, sino que van hacia ella.
En cierta manera, me recuerda también a la búsqueda de ÑÑÑÑ, no por el factor folklórico, sino por el del noise electrónico. Canoa logra trances oníricos y también bailables, que se combinan rápidamente con la velocidad “motorizada” de, por ejemplo, Canta el Xondaro, para luego caer en un misterioso electroarrabal de Conmoción de ropa vieja, cabellos rebeldes y piel caliza.
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