SAM VALDÉS
La universalidad del folk y la relativa facilidad de componer lo hacen un género que rompe barreras fácilmente, aunque a la vez le ha hecho ganar un poco de desdén por parte de los fans que piden algo más complejo en la música que escuchan.
Y aquí es donde entra Pree. Engañosamente folkeros, los oriundos de Washington D. C. hacen un pop ensoñador que aunque basado en estructuras folk, incluye elementos de otros géneros: math pop, chamber y hasta momentos paisajistas son con lo que Pree adereza su música pop compleja.
Su jubiloso álbum debut, Folly, los puso en el radar desde 2011, con su mezcla de sonidos indie que ya tenían algunos tintes de psicodelia aderezándolo. Giras interminables mantuvieron a la banda a la vista de todos y cuando llego el momento de hacer un disco nuevo, se basaron en los roces de la vida en la carretera, las extrañas vicisitudes de las relaciones interpersonales y la nostalgia.
Rima, su disco más reciente, aumenta la experimentación sin quitar un pie del folk que los vio nacer. Un viaje aural que a veces es meditativo y a veces sentimental, Rima tiene a Pree listos para despegar… Quizá el pie ya no está completamente en la tierra, pero tal vez ya es la hora de empezar a volar más alto.
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