DANIELLA BOHNE
FOTOS: Daniella Bohne / Facebook
El sábado 21 de marzo se llevó a cabo la primera edición del festival Mute, en el marco del intercambio bilateral entre México y el Reino Unido, conocido como “Año Dual”, el cual tendrá un componente predominantemente cultural con el propósito de promover un mejor entendimiento entre ambas sociedades.
Desde su anuncio, el cartel llamó la atención debido a su alineación, curada en parte por Daniel Miller, dueño y fundador del sello Mute Records, y famoso por firmar a artistas como Depeche Mode, Trent Reznor, New Order y Yazoo, entre otros.
Y aunque ese fuera el motivo de llamar “Mute” al festival, no todos los artistas presentes se encuentran actualmente firmados en la disquera mencionada, lo cual se tradujo en una mayor diversidad de la oferta musical. Además del jugoso line-up, otro de los atractivos del festival fue que era gratuito (solo tenían que reservase los boletos con anticipación).
El evento comenzó bajo el sol de las 13:00 horas con la banda de rock Marlento; viejos conocidos de la escena tapatía que, aunque musicalmente no compartían mucho con el resto del cartel –si acaso el uso de sintetizadores– fueron incluidos de último momento en el festival.
Siguieron las presentaciones de Land Observations, un DJ set de Irmin Schmidt y Ben Frost en las tornamesas, destacando un intervalo de ladridos espeluznantes antes de bajar del escenario y algunas fallas en el sonido.
Liars salió al escenario a las 18:00, una hora antes de lo previsto, debido a la cancelación de último momento de Daniel Miller, por motivos de salud. Con un arranque bastante energético y en un foro que aún lucía considerablemente vacío, Angus Andrew comenzó con un cálido “¡Hola Guadalajara!”, además de portar un llamativo pasamontañas de colores, en sintonía con la portada de su nuevo álbum Mess. Durante todo el espectáculo hubo distorsiones en ambos vocales y alternancia entre instrumentos como bajo y guitarra, además de las secuencias, para finalizar cada canción con un chillante ¡au!
Hubo también un par de canciones de Liars que prescindían de la batería, lo que hizo que sonaran bastante flojas para los estándares que maneja en directo la banda, con la fuerza y el ritmo de sus bombos. Por un momento, Angus pidió guardar silencio y pensar en México, aunque sucedió todo lo contrario. En ocasiones, el pedal de distorsión de la voz sonaba bastante saturado, debido a que su pedal no llegó y rentó uno de último momento.
Tras pocos minutos de espera, al atardecer comenzó el DJ set de Apparat. Destacaron la potencia y ritmo peculiares del DJ alemán, con mezclas de ritmos con percusiones, sintetizadores y voces (además de que el tiempo transcurre de manera distinta cuando no hay pausas entre cada canción). Incluyó también “Rusty Nails”, el sencillo más famoso con su proyecto alterno Moderat, y al sonar el hit, todo el ambiente comenzó a oler a marihuana. También tocó un remix de “Go” de Moby y una versión lenta de “Hold on”, de SBTRKT, antes de cerrar.
El dueto inglés OMD se fue directamente a los éxitos y arrancó con “Enola Gay”; solo ellos dos en el escenario. A pesar de que todos los instrumentos de percusión estaban contenidos en secuencias, tenían una potencia impresionante. Luego de tocar “History of Modern Part 1” y “If You Leave”, Andy McCluskey destacó que Paul Humphreys, además de ser muy bueno en los teclados, era un muy buen cantante, esto antes de que éste cantara “Souvenir”.
La interacción de ambos con el público fue notoria, destacando también los interesantes pasos de baile de McCluskey. Para esa hora, la señal telefónica ya no respondía como antes, lo que denotaba una mayor afluencia de asistentes. Andy se disculpó de antemano por no hacer nada nuevo o artístico, pero destacó que los hits no faltaban.
Al poco tiempo salió al escenario Vince Clarke para cerrar con un DJ set lleno de dinamismo y energía –como pocos– y nadie podía quedarse en su lugar. Clarke tocó remixes de canciones conocidas en su repertorio con otros artistas como Erasure, Yazoo y Depeche Mode.
A pesar de la ausencia de Daniel Miller, los intervalos de espera entre los artistas eran bastante reducidos, y hubo mucho personal enfocado en mantener el campo limpio, cosa que no es muy común en los festivales, además de una cantidad excesiva de seguridad privada y de policías municipales que de vez en cuando se metían a hacer rondines.
Durante los primeros shows, la gente continuaba sentada en el piso y se percibía una falta de conexión entre el artista y una parte del público, lo que se hizo más notorio conforme el público iba alejándose del escenario. La mayoría de los asistentes oscilaban entre los 25 y los 30 años, y como era de esperarse abundaron las playeras de Depeche Mode.
Al final, el festival tuvo un ritmo interesante gracias a la variedad de artistas, aunque la asistencia pudo haber sido mayor. Quizá afectó el hecho de que el recinto se encontrara en las afueras de la ciudad. La cerveza era muy accesible ($35 pesos), así como los lugares de estacionamiento y los espacios para sentarse a descansar (prácticamente la mitad del campo).
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