MARÍA MERIOMA
Puedo definir la sensación que me dejó este tercer día del Vive Latino 2015 con una palabra: desconcierto. Fue una jornada en la que lo bueno fue extraordinario, algo de lo que se esperaba como bueno no acabó de encajar, lo regular se volvió aburrido y lo malo fue extraño. A esto hay que sumarle cierto espesor que se sentía entre el público, que en muchas ocasiones prefería sentarse y hablar.
La primera parada de la tarde fue en el escenario Titanium para escuchar a Ases Falsos. Muchas ganas de verlos a la espera de un show acorde con la calidad del grupo; sin embargo, no fue para nada lo que se podía imaginar. Tenían al público acorde a como estaba el cielo: nublado.
La gente dispersa en el espacio dejaba ver que no había una audiencia muy grande y que la que había no estaba concentrada en ellos. Parecía que era música de fondo, pues nadie paraba de hablar, y debías estar muy cerca del escenario para encontrar ojos y oídos conectados con los chilenos, lamentablemente.
Para levantar la tarde llegó al escenario principal Compass, el proyecto de Instituto Mexicano del Sonido y Toy Selectah, que traía preparadas unas decenas de minutos dignas de recordar en compañía de Carlos Ann, Kool AD y Adanowsky.
Comenzó con fuerza pero con una imagen un tanto extraña; toda la segunda canción estuvo alguien (no supe quién) sentado en la orilla del escenario bebiendo cerveza y mirando el celular. Anécdota aparte, el concierto discurrió con una buena conexión entre ellos y el público, con performance de Carlos Ann y Adanowsky con temas como “El Micrófono”, “Escríbeme Pronto” o “Killer Kumbia”, que ya son clásicos de IMS o nuevas de COMPASS, como “Te Andan Buscando” y “La Llama”.
Menos de una hora después comenzó Garbage en el escenario Titanium. Esta presentación fue el primer concierto de 2015 para ellos y se les notaba felices de volver al escenario, tanto que a lo largo del concierto se pudieron escuchar carcajadas de Shirley Manson entre guiños y comentarios con el resto de la banda.
Tras abrir con “#1 Crush” sonaron canciones “de siempre” como “Why Do You Love Me”, “Stupid Girl” y “Push It” mientras ella preguntaba si la habían extrañado, se quejó de no hablar español y se despidió diciendo –Sean fuertes, sean valientes, levanten la voz y no se den por vencidos, la gente es el poder.
Si bien el concierto de Garbage estaba repleto, el público no se percibía como en los buenos conciertos del viernes y daba la sensación de que lo bueno estaba en otro lado. Tal vez estuvo en la presentación de El Mató A Un Policía Motorizado en el Rockampeonato, al cual me fue imposible llegar.
A pesar de cómo se movía la tarde, lo que fue lo mejor de este año, probablemente, estaba esperándonos en el escenario principal a las 18:35, hora en la que estaba programado Die Antwoord. Después de su concierto no podíamos musitar palabra, el cerebro aún estaba tratando de digerir lo que habíamos visto. Luces negras, colores fluorescentes, cambios de vestuario (diez más o menos) y sonido y movimientos rompedores.
El clímax del concierto se vivió con “Pitbull Terrier” canción con la que la gente terminó de explotar en saltos y gritos. El ambiente se mantuvo así hasta el cierre con “Enter the ninja”, en compañía de una niña pequeña que dio un toque tierno al espectáculo. Momentos más tarde en la Carpa Intolerante, los colombianos de La Minitk del Miedo continuaron con la línea electrónica que venía del principal fusionada con otro tipo de sonidos, aunque con bastante menos público, pues no eran más de 200 personas las que bailaban y saltaban a la par que ellos.
Camino hacia el Titanium para ver a Jorge Drexler parecía que el concierto había terminado y no, en realidad no llevaba más de diez minutos; resulta que la gente no llegaba, sino que se iba y era mucha la que definitivamente daba por zanjado el tema de escuchar al uruguayo; conforme se iba desocupando el lugar quedaban parejas esparcidas sentadas o bailando y ni siquiera una versión de “María Bonita” de Agustín Lara logró levantar los ánimos o hacer que la gente dejara de alejarse.
Podría echarle la culpa a Molotov, que era el siguiente en el escenario principal, pero faltaba mucho para que ellos comenzaran y, además, empezaron 25 minutos tarde. Definitivamente ellos no tuvieron nada que ver en eso. De lo que sí fueron responsables fue de dejar vacíos casi todos los demás escenarios a la hora de su presentación, pues parecía que nadie quería perdérselos y fue sin lugar a dudas la banda más aclamada de la jornada.
Yo vi la parte final del concierto de Molotov en las pantallas del Titanium mientras esperábamos a Aterciopelados, que llegó para ponerle contraste a los gritos de “Puto” del escenario principal. Entre flores y trajes de tigre arrancaron rindiéndole tributo a José Alfredo Jiménez con “Que Te Vaya Bonito”, continuando con “Adiós, Que Te Vaya Bien” y “Baracunatana”. A partir de ahí todo fue color; un espacio lleno (conforme terminaba Molotov) y cientos de personas coreando las canciones. Casi para cerrar, “Florecita Rockera” llegó con invitados especiales en el escenario: Liliana Saumet (Bomba Estéreo), Jorge Drexler, Catalina García (Monsieur Periné) y Ximena Sariñana.
Antes de que terminara Aterciopelados la cita ineludible era con Dave Matthews Band en el escenario principal. Lo que definitivamente no encajó. No sé si fue ponerlos como cierre del tercer día, pero la audiencia fue bastante escasa y su público desangelado, o al revés, porque todos los que no estaban en DMB esperaban sentados a Los Ángeles Negros en el escenario Titanium, llegando así al punto de lo que se convirtió en extraño.
Desde que comenzó su concierto con “Dormir Soñando” quedó claro que este año el punto final del Vive Latino estaba ahí. Dave Matthews Band quedó más vacío de lo que comenzó, y la gente que quedaba estaba en Los Ángeles Negros pero la mayoría circulaba hacia la salida.
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