MARÍA MERIOMA
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Tweety González visitó México, donde vino a producir el siguiente trabajo de Centavrvs, motivo que aprovechamos para hablar con él. La mayoría de las preguntas generaron respuestas en cadena que nos permiten conocer un poco más del llamado “cuarto Soda”, desde su visión de la industria musical en la actualidad y la escena latinoamericana, hasta su opinión sobre el reciente estreno del espectáculo de Cirque du Soleil con la música de Soda Stereo: Sép7imo Día.
¿Qué tan determinante es el papel de la tecnología a la hora de crear música?
En los últimos 15 años se convirtió en algo muy determinante a nivel general. Hay músicas que están más influidas, que son más cercanas a la tecnología y otras que no. Al jazz no le hizo nada, pero a las músicas modernas muchísimo.
Afectó en cierto sentido para mal, porque hay generaciones de nuevos músicos que abusan de la tecnología para no tocar tan bien; porque saben que la computadora los va a ayudar: los vas a editar, a corregir… Por ejemplo, llamás a un percusionista que no conocés, empieza a tocar y te dice: “Total después me editás, después me loopeas”. ¿Entonces para qué te llame? Es muy de generación joven, como que tiene tan naturalizado que lo vas a editar, cortar, corregir, afinar y… ¿después en vivo qué hacemos? Por eso, incluso en el mainstream, hay casos de bandas que suenan muy bien en disco y vas a los shows y son más blandos, no están tan ajustados como en el disco.
En el terreno de la electrónica, ¿qué opinión te merece el EDM?
Para mí es una confusión enorme entre lo que es música electrónica y lo que es música bailable. Björk es música electrónica, pero no por eso es bailable, de hecho pocas cosas suyas son bailables, y es mucho más electrónica que Guetta… de hecho su disco Biofilia que salió con una aplicación es el extremo de la tecnología.
No estoy muy conforme con esa posición de la gente sobre la música electrónica bailable, porque usan mucho esa confusión, no se sabe quién es DJ, quién es productor. Hay DJs que dicen que son productores y ser productor no es saber manejar un programa nada más, ahí hay también otra confusión: cualquier chico de 20 años que maneja ProTools dice “yo soy productor”. No, sos operador de programas en tal caso; son dos cosas parecidas pero no son la misma. Y son parecidas ahora porque cuando yo empecé no lo era, no había computadoras, la mitad de mi carrera la hice en cinta, con midi y con tecnología híbrida y había que tocar bien, había que hacer el disco en x cantidad de horas porque no podías hacerlo en tu casa, hoy puedes hacer mucho trabajo de un disco en tu casa o en un estudio mínimo.
“Ahora la estrella es el streaming que paga miserias, paga poquísimo, todo el mundo lo sabe”
A la vez, si nos vamos del lado del negocio, el día que Steve Jobs dijo: “las canciones van a valer un dólar” ya ahí se puso medio raro todo, ni hablar desde que se pueden descargar gratis. Ahora la estrella es el streaming que paga miserias, paga poquísimo, todo el mundo lo sabe y para que eso cambie, si los Estados y las leyes no nos apoyan a los artistas, las cosas no van a cambiar porque son monopolios u oligopolios de 5 tipos que se sientan y deciden todo. Me parece muy injusto para el artista que hace mucho esfuerzo para grabar un disco, si bien bajaron muchísimo los costos para hacerlo no bajaron tanto como para decir “la música tiene que ser gratis”.
Tanto tiempo trabajando en esto, has tenido los dos panoramas de frente (el pasado y el actual) ¿podría encontrarse un punto intermedio?
Es muy difícil… también hay una filosofía de “la plata está en el vivo”, pero ¿por qué? ¿y el que no quiere tocar en vivo o que no puede o que no es parte del engranaje de tocar en vivo?
Para mí lo que es la madre del problema es que no hay ninguna industria que tenga más oferta que demanda que la música, vos vas al supermercado y tenés 20 marcas distintas de arroz, pongamos que 100, en la música tenés 100 millones del mismo producto. Nunca hubo tanto y no hay tanta demanda, no creció proporcionalmente el público a la oferta, entonces es una guerra todos contra todos. Es un muy buen momento para el tipo que tiene un brand hecho, que ya tiene una marca, una carrera de por lo menos 10 o 15 años y es dificilísimo para el tipo que arranca, es casi imposible porque hay más oferta que demanda y la música tiene otro valor en la vida de la gente, está demasiado al alcance.
Antes cuando entrabas a comprarte un disco, como lo tenías que pagar pensabas, preguntabas, leías una revista, lo habías escuchado en la casa de alguien y lo comprabas. Hoy en día hay chicos que no entraron en una disquería en su vida, entonces se pone medio agrio el asunto, yo lo vivo con mi sello Twitin y me cuesta muchísimo, hasta ahora son 6 años de pérdidas, poner, poner, poner y rezar para que vuelva, es una mezcla de romanticismo, capricho e ilusión de que en un momento esa inversión que no es solo de plata, sino de muchísimo tiempo, ganas, esfuerzos, algún día pase algo, es súper difícil.
“Gustavo Cerati hacía todo: tocaba perfecto la guitarra, cantaba como muy pocos, componía, producía… ¡hasta era lindo!”
En una ocasión dijiste que Cerati era el Messi del rock argentino. ¿Qué le hace falta a esta generación para que haya otro Cerati?
Es muy posible que esté, yo sospecho que están por ahí, de hecho conozco muchos posibles Ceratis, posiblemente no tan grandes, pero mega talentosos, pasan desapercibidos en lo que te dije antes: en la cantidad de oferta, porque para encontrar a ese o a esos tenés que meter la mano en el barro, revolver con los ojos cerrados y sacarlos así es muy difícil. A mí me asusta eso, que haya talentos que sigan de largo y los perdamos. Yo por eso estoy muy atento a la escena emergente, a lo que arranca de cero, a los comentarios, no me subo directamente al boom del momento, espero a que baje un poco la ola y luego me pongo a investigar para no estar influenciado y allí decido si me gusta o no me gusta.
Gustavo era la excepción a la regla, hacía todo. Le digo Messi porque tocaba perfecto la guitarra, cantaba como muy pocos tipos en habla hispana, componía, producía… y en todo, cada materia –como si fuera un colegio– lo hacía de 10. El pibe 10. No tenía un lado flojo, ¡hasta era lindo! No tenías por dónde darle, no tenía defectos, era demasiado perfecto.
Entonces, quizás no con todas sus cualidades pero con algunas de esas cualidades seguramente hay gente, lo que pasa es que es muy difícil ver y que el público masivo se entere.
¿Tienes a alguien en mente?
En Argentina, salvando las distancias y musicalmente es muy distinto, tenemos a Lisandro Aristimuño, que me parece que de su generación es el que más talento tiene, al que mejor le va y que logró hacer un público en 7-8 años muy lindo que le da para comer, para hacer los discos que él quiere y es independiente, no está en ninguna multinacional, no tiene manager, él decide todo. Creo que él puede ser uno, hay otros más, pero no han desarrollado el público que tiene Lisandro que aparte lo que hace es muy original, canta muy bien, quizás no es el gran guitarrista que era Gustavo porque no es un guitarrista de rock, pues Lisando tiene más influencias del folklore… en el resto de Latinoamérica no sé…
Producirás el nuevo álbum de Centavrvs, ¿qué te parece la escena musical mexicana actual? ¿No te parece escasa en comparación con otras que están en pleno boom como la colombiana?
Lo digo de lejos, pero las dos escenas las conozco muy bien. México en los últimos 7-8 años entró en algo que llamo “retro-sound”, todo suena a reciclado, a música que ya escuchaban tus papás o tus abuelos, pero con una vuelta de tuerca, con un audio mejor, pero tiene una estética como viejita –en especial las chicas, lo que hacen Carla (Morrison), Mon Laferte– por eso no es tan raro que crucen generaciones esos artistas y es bueno, bienvenido que amplíen su rango generacional de público, que no se queden en la juventud. No digo si está bien o está mal, es lo que es, no suenan nuevos, suenan reciclados, estilos reciclados. Incluso el álbum de León (Larregui), también me parece lo mismo… están volviendo a hacer algo que se había dejado de hacer porque no era moderno y ahora se puso moderno ser retro, de manera natural, no fue una decisión de marketing o de alguien que no es músico, salió así. Eso es lo que pasa hoy a nivel general en México.
¿Colombia qué tiene? ¿qué está exportando Colombia? Ritmo, que es lo que mejor saben hacer. Efervescencia, color, un gusto más latino que México, esa cosa más cumbiera, más “percusiva”, de tempos muy arriba, el mexicano es quizás un poco más “melanco”, usa tempos más abajo, más de amor. México tiene una cosa que yo admiro muchísimo, tiene un estándar de cantantes muy alto, para mí el promedio de los cantantes mexicanos es el más grande de Latinoamérica, hasta el taxista canta bien. Hay muy buenas voces. En Argentina es totalmente diferente, allá el carisma es lo que importa, no tenemos grandes cantantes, de hecho para mí los dos mejores cantantes se murieron: Gustavo y Spinetta.
La apuesta de Colombia es más party mucho más intenso, de hecho lo que estalla, como Bomba Estéreo no es música que pondrías a las 2 de la tarde, en tu casa o para trabajar, lo pones de noche en una fiesta, es música para algo, no es para cualquier momento. No hay tanta canción, sino más bien propuesta fiestera.
Y todavía hay países que podrían sorprendernos, como Perú, que se está despertando de a poco, ayuda que tienen una situación económica buena y estable desde hace unos años y me parece que en cualquier momento como Colombia hace 6-7 años que empezó a explotar, no me extrañaría que Perú lo hiciera.
¿Cómo fue el trabajo con Zero Kill (Benito Cerati)?
Para mí fue muy especial, dos discos. Este año salió el segundo y entre uno y otro hay 4 años, y en un chico que ahora tiene 22 es un montón de tiempo. El primero lo hicimos cuando tenía 18 con canciones que tenía desde los 14 años, generalmente los primeros discos son la suma de tus “rolas” de muchos años, siempre es como el resumen de todo lo que venías haciendo.
Y en este caso se notó, el primer disco era muy variado, muy ecléctico, este nuevo disco es más conciso, ha crecido un montón como cantante y para mí -que lo conozco desde que nació, su primera guitarra eléctrica se la regalé yo, pero al siempre le gustó tocar la computadora, él toca computadoras- ninguno de los dos discos fueron un disco más, son discos de alguien especial.
¿Se parece en algo a lo que era trabajar con su padre?
Sí, en algunas cosas. En el primer disco se nota más, como formas de arreglar, de hecho Gustavo en los últimos 10 años usaba Ableton Live, que es el mismo programa que usa Benito y es un tipo muy desprejuiciado, muy tierno, cero creído, podría ser remamón y nada que ver, humilde, ubicado, muy trabajador y de hecho él no quiere ya aparecer como “Benito Cerati”.
¿Echas de menos esa época de músico on the road?
A veces sí, tengo épocas en las que sí y otras que no. Es por épocas, unos 10 años no, los últimos dos un poco más, porque aparte también te agotás, yo tengo mi propio estudio de grabación, entonces no salgo… bueno, este mes, por primera vez en 7 años fui a trabajar a otro estudio, me sentía rejuvenecido, no recordaba lo que era trabajar en un estudio que no es mío.
Y lo de girar, hay dos razones por las que decidí no salir más de gira: una es que después de haber tocado con Soda, es como haber jugado con la selección, no querés jugar en un equipo chico y otra cosa es que tocar en vivo y tocar dentro de una banda es muy repetitivo, es muy teatral, te subes al escenario y es todos los días lo mismo y hacer discos es todos los días hacer cosas distintas porque cambiás de artista cada dos meses, para mí el trabajo de estudio es 100 veces más creativo que tocar en vivo, encima para otro. Tuve mi proyecto con mi exesposa cuando vivimos en Los Ángeles y está buenísimo tener tu proyecto, defender tu propia música y Los Ángeles para eso es genial.
Entonces a veces sí, pero yo creo que en un mes se me pasa y no podés tener ese compromiso. Me divierto cuando alguien me invita a tocar, a la gente a la que le hago discos o algo muy específico, pero es touch and go. Esto de hacer discos en otros países es un poco lo mismo y a mí me divierte muchísimo.
“Yo creo que Zeta y Charly cedieron demasiado en pos de lo que necesitaba (Cirque du Soleil); yo no hubiese cedido tanto… y Gustavo Cerati nada”.
¿Qué te pareció Sép7imo Día?
Fui al ensayo general, no estaba todo terminado, faltaban ropas y cosas… mucho no me gustó, tenía más expectativas y me quedé con un poco de, no sé… Tendría que verlo ahora ya montadito, estrenado, también me parece que se sacrificó un poquito la música en pos del espectáculo. Y yo tuve que tocar, me llamaron para tocar unas cosas de nuevo, pero el hecho de que no esté Gustavo controlando todo, para mí que sé cómo eran las cosas detrás, se nota.
Yo creo que Zeta y Charly cedieron demasiado en pos de lo que necesitaba el circo, hirieron un poquito –en mi opinión– la música en pos del espectáculo, yo no hubiese cedido tanto y Gustavo nada.
¿Hubiese sido diferente con él?
Si Gustavo está, no se hace. Se hubiese hecho otra gira de Soda, dos de hecho. La idea era hacer una gira cada cinco años, estaba la del 2012 y la de este año. Y un disco nuevo de Soda porque no podían hacer otra vuelta sin disco.
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