Un artista con un pie en el pasado y otro en el futuro cercano.
PABLO ISLAS
Van Morrison es un cantante irlandés que comenzó su carrera allá por 1958 y que continúa en la carretera. Alguna vez, Morrison dijo: “La música es espiritual. El negocio de la música no lo es”. Esta frase viene a colación por el nuevo material como solista de Thom Yorke, cantante y figura más visible de Radiohead.
Pero vamos por partes, primero lo importante: la música. Yorke sorprende con un nuevo álbum solista, el segundo desde el ya lejano 2006, cuando lanzó Eraser. El músico vuelve a esa veta experimental y electrónica que ya no nos toma por sorpresa y abunda en la creación de esos pasajes sonoros. “A Brain In A Bottle”, canción con la que inicia el álbum, es un buen ejemplo de lo que podremos encontrar en el disco.
Con apenas ocho canciones, Tomorrow’s Modern Boxes es un viaje a través de canciones minimalistas en las que los pocos elementos utilizados son suficientes para cobijar la siempre expresiva voz de Thom, quien es capaz de provocar y evocar un sinnúmero de emociones en sus canciones.
“Guess Again!” apenas contiene pads de bases electrónicas con unas cuentas notas de piano que abrazan la voz y la envuelven perfectamente, generando un ambiente muy íntimo. Y hablando de intimidad, aparece “Interference”, que por su duración de apenas tres minutos, parece más un puente con “The Modern Lode”, que es mucho más compleja en su estructura que sus predecesoras y ampliamente disfrutable. “Truth Ray” es oscura y misteriosa, lenta y un poco densa, pero igual de atractiva.
Por su parte, “There Is No Ice For My Drink” es un verdadero ejercicio experimental que hace pasar la canción por diversas etapas, al mismo tiempo que logra cohesionarla con el mismo sampleo de voz, creando una ilusión hipnótica. “Pink Section” parece otro puente que le da paso a “Nose Grows Some”, quizá la más rara del material, sin que ello signifique mala.
Lo interesante es que este material se puede adquirir vía BitTorrent por 6 dólares y que en sus primeras 24 horas a la venta ya había sido descargado más de 100 mil veces. Sin embargo, sus ventas no podrán ser registradas oficialmente, ya que BitTorrent ¡no es un distribuidor “registrado” en los charts!, por lo que solo podrán ser contabilizadas sus ventas en vinilo.
Esto nos demuestra una vez más, el enorme desencuentro que existe entre la creación de una obra musical en la actualidad y su distribución, lo que tiene de cabeza desde hace algunos años a la industria discográfica, que en muchos casos no se encuentra a sí misma en esta nueva era.
El planteamiento de Yorke en la distribución es interesante, ya que tiene un pie en el pasado al sacar el material en vinilo, y el otro en el futuro cercano, al buscar nuevos canales de distribución de contenidos. Y quizá esa sea la paradoja de este material: un artista en búsqueda de nuevos espacios tanto sonoros como de alcance. Y en ambos casos, lo logra de manera contundente.
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[…] When I’m Angry”, canción que pertenece a las sesiones de su segundo álbum como en solitario, Tomorrow’s Modern Boxes, que fue presentado en septiembre de 2014 a través de […]