JUAN DE LA SERNA • Los sonidos derivados del hiato.
Quizá para muchos, este trío de Olympia, Washington, pasó desapercibido ante la apabullante mediatización de otros grupos de la década de los noventa. Sin embargo, para muchos fue una de las bandas más importantes de su generación.
En su más reciente disco –el segundo con el sello Sub Pop–, lanzado después de diez años de ausencia, Sleater Kinney muestra un sonido que lejos de ser novedoso, se acopla al sonido de la bandas “actuales”, a las que en algún momento ellos mismos sirvieron de influencia.
Y es que Sleater Kinney ya no tiene la responsabilidad ni la necesidad de posicionarse, sino de arriesgarse y hacer canciones interesantes dentro del rango de lo que les gusta hacer.
De cierta manera, No Cities… es un disco sumamente equilibrado cuyos elementos no compiten entre sí, sino que crean armónicamente melodías donde sobresalen la voces de Carrie Brownstein y Corin Tucker, así como un muy pensado trabajo de guitarras, con diferentes capas que constantemente dialogan, volviéndose una de las partes más interesantes del disco.
A diferencia de otros discos de Sleater Kinney, este refleja un poco más la madurez de sus integrantes en cuanto a sonido y concepto. Algunas temáticas sociopolíticas permanecen, solo que ahora parecen un poco más sutiles, invitando al escucha a ver más allá o a quedarse simplemente con la parte pop de cada canción.
No Cities to Love puede agradar a los fans que gustaban de la banda desde sus inicios, pero también a quienes apenas la conocen. La selección de temas es tan acertada que casi todas las canciones podrían ser sencillos.
Con críticas favorables en los medios más populares y el respaldo de Annie Clark, de St. Vincent, quien dijo que este es su trabajo favorito en la historia de la banda, podemos concluir que este grupo de riot grrls aún tiene mucho que ofrecer.
–