ESTEBAN CISNEROS
Para muchos aún no es un nombre con eco. Ya lo será.
Si mi habitación de los discos explotara en cientos de caprichosos pedazos y, en mi tristeza sin fin, recogiese algunos y los pegase como un sórdido rompecabezas, el resultado (probablemente) se llamaría In Focus?
Shugo Tokumaru, ese geniecillo malévolo que escuchó demasiados Beatles cuando niño y que sabe tocar como seiscientos cuarenta y seis instrumentos musicales distintos (acústicos, eléctricos, de juguete, electrónicos, inventados por él) lo ha hecho en grande. El hombre ha grabado, él solo en sesiones de días sin comer ni dormir, un prodigio de inteligencia y música.
Para muchos de este lado del mundo ese nombre, Shugo Tokumaru (seis sílabas, indudablemente nipón, capaz de crear hype con sólo pronunciarse) no es aún un nombre con eco. Ya lo será. En el bolsillo de su pantalón ya hay una carrera de años y sobre sus espaldas, varios discos.
Pero centrémonos en In Focus?, ese artefacto-maravilla que salió el 7 de noviembre de 2012, una fecha que debe quedar allí como una de las combinaciones afortunadas del pop. Es más, la próxima vez que juegue a la ruleta, al Melate o a su juego de azar/números favorito asegúrese de que la combinación 7-11-2012 aparezca; podría traerle suerte.
Describir a qué suena In Focus? es como intentar explicar una novela de Tibor Fischer: hay tantos pequeños detalles, tantas volubles vueltas de tuerca, tantos sentidos, que lo mejor es escuchar una y otra vez; si yo se lo cuento a usted sobre un par de cervezas o sobre un café (negro y amargo como mi alma) seguro que me manda al carajo argumentando –y con razón– que de tal caos no es posible extraer algo decente, como mínimo.
Pero Shugo Tokumaru crea sentido donde parece no haberlo, porque es un tipo brillante y agudo. Y, además, no traiciona al pop: es profundo, pero inmediato; es calculador, pero eufórico. Es un equilibrio casi perfecto – porque loperfecto resulta aburrido y a pesar de ser un disco de 15 tracks, resulta divertido y emocionante en cada segundo en una época en que los discos se precian de ser interesantes, como si se tratasen de novelas polvosas del Siglo VII que son discutidas en círculos académicos. Que alguien les diga que esto es pop music.
In Focus será una pequeña revolución entre quien se deje seducir. Listo. Sonará en habitaciones repletas de posters, en autos que se dirigen a Ese Gran Lugar un viernes por la noche, en computadoras de nerds irredentos y en fiestas cuya narración es un libro beat del XXI potencial. Tal vez exagero, pero hay que dar una oportunidad a Shugo Tokumaro y su In Focus? Ya. Capaz que le remueve las entrañas. Y tras eso, no hay vuelta atrás.
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