ESTEBAN CISNEROS
Si hubiese que nombrar a un músico que demuestre que pueden lograrse grandes cosas desde la independencia en la era del streaming y los fantasmas, ese tendría que ser Ryan Hamilton.
El menda, de carrera larga y fructífera (estuvo antes en Smile Smile y People On Vacation), es uno de los artistas definitorios del siglo XXI.
Su facilidad para hacer canciones-sanguja que se adhieren a uno para siempre es pasmosa, pero además es un artista autogestivo que se mueve según sus reglas, teniendo siempre un contacto cercanísimo con su cada vez más grande (y fervorosa) legión de seguidores.
Su debut solista, Hell of a Day, es uno de los mejores discos power pop de los últimos veinte años. Y aunque parecía que ese era su LP definitivo, en el que había puesto su vida en música y letras, el que había dejado himnos definitivos (“Freak Flag”, “Karaoke with No Crowd”, “Records and Needles”, “Love is a Four Letter Word”), Hamilton demuestra que apenas era el comienzo de algo grande, muy grande.
Ya al frente de una banda, The Traitors, Ryan Hamilton está listo para lo que sea. The Devil’s in the Detail, su nuevo disco (lanzado via PledgeMusic), es una maravilla guitarrera.
Las doce canciones son personalísimas, pero überpop. Hamilton es un optimista; en realidad, es un tipo que se las ha visto complicadas y que casi ha cedido ante las tentaciones de claudicar, pero aquí sigue. Y qué bueno.
Porque lo suyo es una reivindicación del cantautor atormentado pero cegado por la belleza y el resplandor de lo que le rodea, como si fuese un Jonathan Richman tejano y barbudo con acceso a internet y un poco de ironía millenial; o como un Paul Collins reflexivo que no puede resistirse a la distorsión y el estrépito de una gran canción pop y decide espantar sus fantasmas meneando el esqueleto, aunque sea un rato.
Porque son días de furia. Y se necesitan canciones tan próximas y fulminantes como las de Hamilton y los Traitors. Porque a pesar del título y la portada, The Devil’s in the Detail es un disco de empatía y camaradería, de aprender a ver en la oscuridad y de levantar frente y quijada porque queda vida y hay que patearle el trasero antes de que ella haga lo propio con uno.
Desde ya, uno de los grandes discos de 2017.
The Devil’s in the Detail ya puede adquirirse en CD o en versión digital. También puede escucharse completo aquí.
C/S.