NICOLÁS GONZÁLEZ • Un héroe del rock, a diez años de su partida.
En marzo de 1950 nació en Buenos Aires Norberto Aníbal Napolitano, más conocido como Pappo. El carpo, como también se lo conoció, fue, desde mi punto de vista, el único guitar hero auténtico del país, introduciendo e impulsando el heavy metal en estas latitudes, pero sobre todo, siendo un personaje notable, contradictorio y polémico, que al igual que otros de la talla de Diego Maradona, acuñó frases inolvidables que calaron para siempre en la cultura popular argentina.
Para comenzar tenemos que decir que Pappo fue parte del inicio de la cultura rock argentina, y por lo tanto sudamericana. Participó de la primera formación de Los Abuelos de la Nada allá por 1967, tocó con los hoy míticos Los Gatos, Aeroblus y también con La Pesada del Rock and Roll, el grupo de Billy Bond, otro personaje increíble de la fauna porteña, hoy empresario exitoso, y de quien también tendremos un reporte en breve.
Podemos decir entonces que Pappo fue parte de aquella “juventud dorada”, frecuentando los mismos bares y reductos que todos los “padres fundadores del rock en español”, y tocando con la mayoría de ellos. Sin embargo, ¿por qué no aparece al lado de figuras como la de Litto Nebbia, el flaco Spinetta, Charly García, etcétera? La respuesta es simple y compleja a la vez.
Pappo era hosco, sanguíneo (característica de la que carecen casi todos los héroes del rock argentino), práctico, por momentos bruto y alejado de toda pretensión artística. Él sólo quería tocar blues y rock and roll a todo volumen, andar en moto, correr en auto y divertirse con las chicas. Esto hizo que su figura quedara en segundo plano, de alguna manera, frente a otros artistas más “rosados”.
Sus dos proyectos más importantes fueron Pappo’s Blues, con el cual grabó siete volúmenes entre 1971 y 1978, más un disco producto de una reunión en 1995 y otro en 1999, también producto de una nueva reunión.
Pappo’s Blues (1971)
El otro fue Riff, demoledora agrupación, primeros en dedicarse al heavy metal, y en la cual Pappo brilló junto a Viticus en bajo y Michel Peyronel en batería.
Riff – Ruedas de Metal (1981)
Es muy extensa la discografía de Pappo como para enumerarla entera, sin embargo se puede afirmar que logró hacerse de un lugar entre los grandes guitarristas del mundo, llegando a ser invitado por el propio BB King en persona a subir al escenario durante un recital suyo en el Madison Square Garden de Nueva York.
Durante los noventa grabó discos de manera solista, siempre moviéndose entre el blues y el rock and roll, donde se destacan piezas como “Mi vieja” que se transformaría en un himno de la lucha de los jubilados contra el modelo neoliberal que sometía a la región en aquellos años.
Por otro lado, Pappo también dejó su marca en la manera en la que los jóvenes asimilarían el rock, en una (de nuevo) ya mítica entrevista televisiva del año 2000 en la que le dejó bien en claro a un DJ que, por aquel entonces era famoso (y hoy por suerte ya no), que “los dj no tocan, eso no es tocar”, marcando una pauta que miles de jóvenes imitarían hasta el día de hoy, y que más allá de lo gracioso del episodio, ha retrasado mucho la producción musical argentina, que continúa transitando episodios donde pareciéramos no haber llegado siquiera a los años noventa.
Episodios como ese, en la carrera de Pappo, hay muchos. Entrevistas canceladas en mitad del reportaje, plantones a último momento, declaraciones explosivas y más de un escándalo, ubican a Pappo en un nivel de estrella de rock extraña, lejos del glamour y de las limusinas, pero con toda la carga de controversia y polémica que cualquier estrella necesita y que hoy, lamentablemente, ya no existe.
Pappo falleció el 25 de febrero de 2005 en la localidad de Luján, Buenos Aires, al caer mientras piloteaba su infernal Harley Davidson y luego ser arrollado por un auto que venía en dirección contraria. Su impronta no se borrará jamás.
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[…] además de que se mudó a Argentina, donde ha producido y colaborado con artistas locales como Pappo, Ratones Paranoicos, Los Piojos y Airbag. De todo ello y otros temas de la situación de la música […]