NICOLÁS GONZALEZ • Una banda que ha ido del rock al Rock (con mayúscula).
Guerra de Almohadas nació en 2007 gracias al encuentro entre distintos amigos de la Ciudad de Buenos Aires que estudiaban juntos en un secundario porteño. Tras unos primeros pasos experimentales y, con los desvaríos clásicos de cualquier banda en formación, quedaron consolidados como cuarteto, siendo Tomás Stagnaro el cantante/tecladista y frontman, Juan Leborans en guitarra, Facundo Nakamura en bajo y el talentosísimo Paul Thielen en batería.
Su debut discográfico se dio en 2010 cuando editaron Guerra de Almohadas en un intento –muy bien logrado– de hacer “una mezcla de Pavement con algo más bailable”. Indudablemente, la escena de finales de los ochenta y principios de los noventa de Manchester tiene un impacto altísimo en la forma de componer de esta banda. El disco completo suena los años noventa y los nombres de los temas refuerzan esa idea: “Moda”, “Televisión”, “1993”.
Para apoyar el disco, GDA lanzó dos videos: uno de la canción “Bien” y otro de la screamadelica “Modas”.
Hasta aquí, todo normal. El disco tuvo buena repercusión, GDA tocó en numerosos escenarios y festivales y la prensa realizó buenas reseñas del grupo. Pero a finales de 2011 sucedió algo que iba a cambiar totalmente el rumbo musical de la banda. Algo que para quienes vengan siguiendo el #ReporteArgentina no será novedad. Sí, el Detector Melerístico ha sido activado.
En algún momento de aquel 2011, el músico y productor que todo lo tiñe en el rock argentino moderno recibió una copia de Guerra de Almohadas y cuando hizo sus averiguaciones le dijeron “Son una mierda”. Eso bastó para que se embarcara en la aventura de producir, mezclar y masterizar lo que sería el segundo disco de la banda: Baladas para Telos del Futuro.
Editado en Agosto de 2013, este disco (grabado en dos días y post producido en más de 150) no tiene absolutamente nada que ver con el anterior y esto ha sido una sorpresa para quienes seguían a la banda desde el principio. En Baladas… el grupo sigue su camino, se divorcia de los géneros, y crece, musical y discursivamente.
Podemos decir que con este trabajo GDA deja de ser rock para empezar a ser Rock, con mayúscula. Los ambientes, las texturas, los matices y las melodías fueron trabajados desde el escenario y luego llevados al estudio; una práctica inversa a la acostumbrada, que sin embargo ha dejado un resultado extraordinario. Sin duda, uno de los mejores discos que se han editado en Argentina en 2013.
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[…] lo considero un auténtico disco de Rock, ya que tiene de todo, como aquel que había reseñado de Guerra de Almohadas, y remarco la mayúscula porque entiendo al Rock como una mega esponja que absorbe de donde puede […]