ALEJANDRA HERRERA
El álbum más agresivo y electrónico en la trayectoria solista del músico.
Lion es justo como denota la palabra: majestuoso, fuerte y agresivo. Este es un magnífico regreso del músico inglés, luego de tres años de ausencia de material inédito y posterior a su pasado álbum, Ninth.
El inicio de Lion es contundente con “Hang Up”; tema plagado de sonidos electrónicos, guitarra agresiva, y por supuesto, la inigualable voz de Murphy. La estética de este tema nos recuerda a Nine Inch Nails —el músico inglés es alguien cercano a Trent Reznor y ha colaborado con él en diversas ocasiones—; sin embargo, no se percibe como una réplica de lo que hace Reznor, porque la voz es el elemento diferenciador.
El segundo tema es “I Am My Own Name”, cuyo etéreo comienzo denota oscuridad, además de percibirse cierta sonoridad oriental —Murphy reside en Turquía y ha sido ampliamente influido por la cultura de dicha región—. Es un track de rock en el que destaca la intensidad de los sintetizadores, al igual que la fuerza en la guitarra y batería.
“Low Tar Stars” es un tema que sorprende porque Murphy —a pesar de ser icono de la cultura gótica y subterránea— nunca había experimentado de manera explícita con el synth pop o EBM (electronic body music). Una gran pieza que seguramente será de las preferidas de los seguidores de estos géneros en la pista de baile.
El leitmotiv de este álbum son los fuertes sonidos sintéticos y la voz enfática de Peter Murphy, incluso en las baladas, como es el caso de “I’m On Your Side”, con ese sonido impetuoso que hace que los temas adquieran un matiz épico.
Con la recurrente esencia electrónica, pero de una manera casi cercana a lo ambiental, “Compression” se instala casi en la mitad del álbum. La resonancia sutil de una guitarra acústica brinda a este track algo que lo hace inherente a lo romántico (un aspecto casi siempre presente en los temas del cantante inglés) y que al final se torna en una canción épica y eufórica de rock.
“Holy Clown” anuncia la segunda mitad de Lion, además de que la intensidad sonora comienza su descenso. En “The Rose” se retoman los sonidos ambientales y atmosféricos que se conjuntan con un poco de instrumentación clásica. Parece que las rosas son un elemento con una alta carga semántica para Murphy, ya que en Ninth también existe un tema en el que se usa este sustantivo (“I Spit Roses”).
“The Ghost of Shokan Lake” y “Eliza” tienen una estética rock en su totalidad, algo a lo que Peter Murphy ya nos tiene acostumbrados. De este par destaca el último, cuyos coros la hacen una pieza muy fácil de recordar.
Cuando la melancolía alcanza momentos enérgicos y no alude a lo pasivo, junto a una interesante instrumentación entre el rock con electrónica, surge algo como “Loctaine”. El cierre de Lion es un tema homónimo; otra pieza que se escucha épica por la manera en que manejaron las percusiones y guitarras; un corte sonoro que bien podría acompañar alguna escena cinematográfica.
Lion le da continuidad al rock que presenta Peter Murphy en sus álbumes anteriores, pero el uso contundente de sintetizadores y elementos de música electrónica —algunos tracks anteriores en los que se recurre a lo electrónico son: “No Home Without Its Sire”, “Sails Wave Goodbye”, “Cascade”, “Kill The Hate”, “You’re So Close”, “Let Me Love You”, “Crystal Wrists”,”His Circle and Hers Meet” y “Canvas Beauty”— lo hace un material distinto e interesante, además de que la voz del cantante aún ostenta suficiente energía.