PAULA SALAS
Hace seis años LCD Soundsystem anunciaba su despedida en el Madison Square Garden de Nueva York, con un show que está documentado en una película e inmortalizado en el disco The Long Goodbye: LCD Soundsystem Live at Madison Square Garden.
Sin duda, el tiempo puede cambiarlo todo. Los reencuentros son inciertos, y algunos suelen ser repetitivos y predecibles. Pero no es el caso de la banda liderada por James Murphy, ya que American Dream es un trabajo novedoso.
Quizá es el disco menos bailable y entretenido de LCD Soundsystem; probablemente sea el más rockero, en sintonía con el pop rock de David Bowie y el post punk más oscuro, a lo Joy Division.
Luego de adelantarnos los temas “Call the Police”, “Tonite” y “American Dream”, LCD nos sorprende con nuevo disco. Por un lado, reafirman su estilo dance punk y desarrollan el rock electrónico que supieron revivir a comienzos de la década pasada, junto con bandas como The Rapture. Pero por otro, American Dream posee mucho menos “dancefloor”: es el disco menos bailable del grupo y el que contiene más canciones para simplemente ser escuchadas.
El espíritu del Duque Blanco aparece en el disco, no sólo en su música sino también en sus letras. James Murphy desertó de ser el productor del último disco de Bowie, Blackstar. De todos modos, participó en aquel disco como percusionista.
En “Black Screen”–una canción de 12 minutos– podríamos imaginar que le canta a él: “Te debo la cena hombre/ Te debo algo/ Hablas conmigo, Como si estuviera dentro/ Acabamos de despertar (…) Podrías estar en cualquier lugar, en la pantalla negra”… “I Used To” es otra canción con claras referencias a Bowie: “Solía esperar toda la noche para las transmisiones de rock/ Entonces, ¿a dónde fuiste?/ Me llevaste lejos”.
Más canciones hacen de American Dream un disco diferente a los anteriores del grupo. Es el caso de “How do You Sleep”, que arranca con unos beats tribales y unos sintes fantasmales in-crescendo. A mitad de la canción, la oscura y ansiosa atmósfera explota en un ritmo electro funk inesperado. Como si Ian Curtis y los Daft Punk se hubieran conocido.
Y para seguir con la melancolía, la canción homónima del disco es una especie de vals electrónico en el que cantan: “Oh, la revolución estaba aquí/ eso te habría liberado de esa burguesía/ Por la mañana todo es más claro/ Cuando la luz del Sol expone tu edad (…) Estás enfermo de la cabeza y deseas estar muerto”.
Aún así, hay temas que levantan el ánimo. Es el caso de “Tonite”, un tema con el sello de LCD Soundystem: beat-tecno acompañado de pianos, guitarras y voces, que si la cantara The Weeknd sería un hit. “Call the Police”, es quizá el tema más pop-rock del disco, que nos recuerda al Bowie setentero, mientras que “Emotional Haircut”, es el más punk, con guitarras distorsionadas y una voz enloquecida.
Por otro lado, “Change Yr Mind”, es una canción que cautiva con una guitarra visceral que se repite, mientras el viejo James canta: “Ya no soy peligroso / Del modo en que alguna vez lo fui / Ya estoy demasiado viejo para eso / Al menos eso parece ser verdad”.
Un track similar es “Other Voices”, rock electrónico por excelencia, en el que la voz de Murphy nos recuerda bastante a David Byrne. Su voz no está sola, lo acompaña de la mejor manera una de las integrantes del grupo, Nancy Whang, quien también toca sintetizadores.
Si alguien se ofendió por la despedida que finalmente no fue o simplemente no suele creer en los regresos, les aconsejo que le den una oportunidad a James Murphy y sus amigos. Es muy probable que después de escuchar el disco se lo perdonen. American Dream es el disco más rockero y melancólico del grupo. Si bien profundiza su estilo basado en un rock electrónico o dance punk, la atmósfera del disco es densa y oscura.
Después de brindar lecciones de rock bailable y de ser referente de muchas bandas de la generación ‘00, así como productor de bandas como Arcade Fire y Yeah Yeah Yeahs, James Murphy lidera este disco, logrando que sea uno de los mejores en lo que va de 2017.