ALEX CASTRO
Desayunamos con el cantautor andaluz en una fonda del centro de México DF. Y así estuvo más o menos la charla.
Tras su reciente presentación en el festival SXSW de Austin, Texas, el músico aprovechó para hacer una rápida escala en la Ciudad de México, donde ofreció un breve showcase al lado de artistas como Lori Meyers, Anni B Sweet y Russian Red, en el Centro Cultural de España.
Visita relámpago que Kiko aprovechó para tratar de establecer nuevos contactos con la esperanza de tender puentes entre su país y el continente americano ahora que la crisis de España pone en una situación aún más difícil a los artistas de esa región.
Así que charlamos un poco del maltratado mundo de la música, de la industria y de cómo, según su experiencia, “la música ha quedado relegada a un segundo o tercer plano” para muchos de los que trabajan en este medio. Tiempos malos para la lírica, dice él, parafraseando obviamente a sus colegas de Golpes Bajos.
Sin embargo, tampoco quiere parecer negativo, de hecho se le ve bien y buenas; animado, despierto y siempre observando todo lo que pasa a su alrededor. Así que mientras come sus huevos rancheros con café negro, el artista no duda en asegurar que confía mucho en el poder de la gente. Y con ese mensaje nos deja, antes de despedirse y seguir paseando por las calles del centro.
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