JACOBO VÁZQUEZ • No preocuparse por las modas; mejor ocuparse de los modos.
En el año 2000 Melero editó Tecno y en las notas del booklet se leía “este disco fue grabado íntegramente en una computadora personal, con software obtenido gratuitamente vía internet. Excepto mi voz, ningún instrumento no virtual fue utilizado, la única tecla oprimida fue la del mouse”.
Catorce años más tarde y con varios discos editados en la primera década del Siglo XXI, el músico argentino nos da una lectura de lo que la palabra tecno significa en el 2014 y demostrando que la tecla del mouse no fue la única que se oprimió para darle forma a las diez canciones que conforman este nuevo trabajo.
DISCO abre con el tema instrumental “Vamos a un Corte” y nos da la sensación de ver la entrada de un programa de televisión circa 1981, y en algunos momentos se percibe el espíritu de Nacho Cano y su “Boda en Londres” del álbum debut de Mecano. Aquí, Melero nos advierte que el tecno del Siglo XXI ya dejó de ser de software para convertirse en una hermosa cascada de sintetizadores análogos.
El segundo corte es “Bienvenidos”, que es un tema que flirtea con el funk y el disco-music más exquisito; pasen y vean, dice el argentino, y de esa forma nos anuncia el tercer track que lleva como nombre “El Ritmatista”, primer sencillo del álbum que conecta perfectamente con “Tecno”, del año 2000, pero con sonidos que suenan a madera y metal y no a software; “los sentidos humanos fácilmente caen en trampas”.
Quizás la canción que mejor refleja el título del disco es “Saber Volver” que simplemente es disco-music con todo y violines a lo Electric Light Orchestra. Melero nunca sale sin sus notas de viaje, y en aquí podemos ver la influencia que dejó Cerati en él. “Dudas” suena a puro Colores Santos, y nos regala una de sus mejores letras en este álbum: “Quién no está lleno de dudas, no bailo con ellas, prefiero la certeza de nuestra promesa”.
Y como buen observador, el músico no es ajeno a ciertas tendencias y nos regala un estupendo kraut-pop en “Mirá, Mirá”, con todo y efecto de voz. Uno de los temas donde podemos encontrar un excelente tratamiento de sintetizadores, es el que lleva por nombre “Club de Música” ¿Cabaret Voltaire cantando en español? Seguro que Melero tiene algunos discos del grupo de Sheffield.
Pero no todo es sintetizadores en DISCO, también hay guitarras y ganas de hacer rock con aires de blues; “La Frontera” nos lleva justo a eso: a las ganas de poner distorsión a la guitarra y rasgar las seis cuerdas como adolescente. Y después de la explosión sonora, el álbum nos sorprende con “Gente Segura” y su optimista melodía que engaña al escucha al parecer una canción instrumental, pero que al final nos habla de la poca seguridad que tenemos respecto a las cosas y las situaciones.
El último tema es “Fin del Espacio Publicitario” que no es otra cosa que un outro para cerrar el último trabajo del maestro Melero, quien nuevamente nos enseña que lo importante no es llegar y repetir la misma fórmula una y otra vez, sino jugar con ellas para crear cosas distintas… No ser esclavos de las modas; mejor ocuparse de los modos.
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